jueves, 11 de junio de 2009

Dolor de Cambiar


Confiar en que un proceso de cambio, si bien doloroso, permitirá ver la vida de manera diferente, implica reconocer que el dolor de cambiar disminuye cada vez en los distintos críticos de la vida, si dichos dolores se aceptan. El impacto de las crisis existenciales puede producir un cambio positivo en la forma de percibir la vida[1]. La felicidad, concebida a veces como un conjunto de satisfacciones vitales, recursos suficientes para enfrentar la problemática existencial y emociones positivas, se logra en la medida en que es posible producir cambios en la forma de percibir la vida y llevarla adelante[2]. Es que hay que concebirse como personas con fortalezas y oportunidades, más que como sujetos de debilidad y amenaza. La satisfacción constante en la vida, sin hechos frustrantes, es materialmente imposible. Sin embargo, tomar aprendizaje de dichas frustraciones es importante para lograr satisfacción en el futuro.
Muchas personas no cambian porque no saben cómo cambiar. Por eso es recomendable que se inserten en un proceso de cambio psíquico asistido por una persona debidamente entrenada. Sin embargo, generalmente con respecto al cambio psíquico existe ambivalencia, se quiere cambiar, pero existen reservas con respecto a hacerlo[3]. La cuestión existencial no tiene que ver con “curarse” de la depresión, de la manía, de la locura, de la adicción, sino con aprender a vivir plenamente.
[1] Wainrib, Barbara Rubin. Healing Crisis and Trauma with Body, Mind, and Spirit. New York, NY, USA: Springer Publishing Company, Incorporated, 2006.
[2] Cohn, Michael A.; Fredrickson, Barbara L.; Brown, Stephanie L.; Mikels, Joseph A.; Conway, Anne M. (2009). Happiness unpacked: Positive emotions increase life satisfaction by building resilience. doi: 10.1037/a0015952
[3] Engle, David. Ambivalence in Psychotherapy : Facilitating Readiness to Change. New York, NY, USA: Guilford Publications, Incorporated, 2006. p 2.

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