sábado, 7 de mayo de 2011

Deseperanza


Cada vez nos duele más a todos ver como la esperanza de una humanidad trascendente se pone en riesgo. Esto también deprime, pues tal vez empezamos a realizar el duelo por el fin de nuestra especie. Por ello tenemos que producir un duelo creativo. 




Aceptar la capacidad real de la persona querida y no idealizarla puede llevar a un duelo más adaptativo si se le pierde.  Como señala Melanie Klein: “La extensión en la que la realidad externa es capaz de refutar las ansiedades y penas en relación con la realidad interna varía en cada individuo pero puede ser tomada como un criterio para juzgar la normalidad”.[1]

La mala percepción de uno mismo puede surgir de un error de sobre – interpretación acerca de cómo se vive durante la depresión en una auto – agresión constante. Es decir, en algunas ocasiones hay psicoterapeutas que interpretan a sus pacientes la depresión como un fuerte impulso destructivo en contra de sí mismos y esta interpretación, al ser demasiado reiterativa, produce un efecto contrario al que se desea.

La percepción errada tiene que ver con el mecanismo de defensa de la represión, al reprimir una pérdida, se impide su acceso a la conciencia. Freud dice que este mecanismo “consiste simplemente en desviar cualquier cosa y mantenerla a cierta distancia de lo consciente”[2]  Entonces se aleja de lo consciente toda idea, situación o percepción que pueda provocar ansiedad. Fenichel menciona que  “la represión nunca se lleva a cabo de una vez por todas, sino que requiere un gasto constante de energía para mantenerla, en tanto que lo reprimido trata constantemente de buscar una salida”[3]  al respecto se puede mencionar que muchas de las enfermedades son psicosomáticas y esto es en gran parte debido a este mecanismo de defensa.

Aunque pudiera haber una tendencia a negarlo, el éxito social produce una mejor percepción de sí mismo “si los demás me quieren, pues entonces yo tendría que quererme”. Sin embargo, esto no siempre es así, debido a percepciones erróneas sobre el entorno social. También puede ocurrir que se viva en una sociedad hostil, depredadora que hace que realmente haya personas discriminadas.  En este sentido, un psicoterapeuta cognitivo-conductual bien entrenado podría proponer un tratamiento que involucrara el entrenamiento para la supresión de pensamientos negativos.

Simplemente suprimir los pensamientos negativos pudiera no tener una consecuencia eficaz en el manejo de la depresión[4]. El intento de suprimir pensamientos puede traer como consecuencia un aparente efecto paradójico y ser causa de ciertos desórdenes psicológicos. Pensamientos como “soy incapaz”, “que tonta fui”, “¿por qué no soy como ella?”, pueden irrumpir en la conciencia y se intenta rechazarlos, dejarlos pasar.  Pero esta acción puede generar un “efecto de rebote”. Tiene que haber una traída a la conciencia muy poderosa como para establecer un cambio definitivo. Una interpretación.

¿Cómo ha planteado la educación que sociedad y familia imparten conjuntamente, para eliminar el dolor de la pérdida? Habría que pensar que estamos viviendo una etapa de duelos acumulados que no se pueden resolver socialmentede forma verdadera, sino superficial. Sin embargo, la cultura tiene recursos a su disposición, sin necesidad de la psicoterapia, para el tránsito por el duelo. En realidad una buena parte del tiempo educativo se enfoca a que el niño aprenda a paliar sus pérdidas. Jorge L. Tizón (2005), dice que

“Como seres humanos, todos tenemos el deber de ayudar en los duelos de los demás (y el derecho de que nos ayuden en los nuestros) en la medida de nuestras fuerzas (biopsicosociales). La principal ayuda para el duelo es la que pueden proporcionar los núcleos vivenciales de la persona en duelo y su red social”.[5]

Las costumbres fúnebres de todos los pueblos del mundo son, en parte un apoyo para el dolido, que se ve introyectado en los demás, por el miedo tanto a la muerte como a la pérdida. Una de las costumbres es la música que acompaña a los dolientes. A continuación presento una lista de música clásica fúnebre, que el lector podría escuchar como acompañamiento a la reflexión a la que invito con este libro.
1)      Requiem, de Mozart.
2)      Marcha fúnebre de la Sinfonía Heroica, de Beethoven.
3)      Primer movimiento de la Sinfonía Nº 5 de Mahler.
4)      Pavana para una infanta difunta, de Ravel.
5)      Requiem de Verdi.
6)      Marcha Fúnebre de Chopin.
7)      Funeral para un Amigo de Elton John.
Constituyen una muestra del necesario homenaje que se hace a los muertos y de la inspiración que produce el duelo. Entonces hay que decir que un resultado positivo  del duelo es la creatividad.


[1] Klein M. op. cit.pág. 349.
[2] Freud….
[3] Fenichel
[4] Borton, Jennifer, Markowitz, Lee Y Dieterich, John:  Effects Of Suppressing Negative Self–Referent Thoughts on Mood and Self–Esteem Journal of Social and Clinical Psychology, Vol. 24, No. 2, 2005, pp. 172-190
[5] Tizón, Jorge (2005):