domingo, 14 de noviembre de 2010

Búsqueda de Aprobación

La necesidad de aprobación puede causarnos mucho daño. Ocupa demasiada energía diaria.

¿Por qué buscamos aprobación de los demás?

Pareciera que se trata de lograr ser a través del otro. Solamente ser si sabemos que nos quieren, si no somos abandonados. Ese es el principio de la verdadera soledad. Buscar la aprobación.

Pero en realidad estas conductas hacia el contento del otro, nos traicionan a nosotros mismos.



A veces, no nos perdonamos no haber sido aceptados por los demás. En realidad solamente es una percepción. Ni siquiera sabemos de cierto que nos aprueban o aceptan. Tenemos la capacidad de pensar diferente. No podemos resentirnos con nosotros mismos por no "estar a la altura" de lo que creemos que los demás quieren de nosotros. No podemos vivir una vida para los demás. Podemos servirles amorosamente, pero no en función de sus deseos, sino tal vez, apoyándolos en alguna de sus necesidades, sin sacrificios absolutos.

¿Podemos reparar esos afanes serviles para convertirlos en servicio útil?


Hay que dejar atrás muchas cosas, perdonarse, perdonar, ser perdonado. Perdonar para vivir. Y no voltear atrás.

Pues en la persistencia de volver al pasado, a los momentos en que nos sentimos rechazados y volver a insistir para que nos acepten aquellos que quedaron atrás, solamente nos negamos a tener hoy una vida plena.

¿Para que nos enojamos con lo que no pudo ser?

¿Por que no mejor nos autoaceptamos?

De cualquier modo, las relaciones en las que no se busca la aceptación del otro y nos podemos manifestar tal como somos, funcionan mejor, hay mayor verdad e incluso amor. No hay que castigarse por no haber recibido aprobación, ni seguirla buscando de manera obsesiva.

Hay una compulsión a la repetición en esto, que tiende a repetirse en las relaciones que se van intentando en el trayecto existencial. Si creemos no haber recibido suficiente aprobación de nuestro padre o madre, repetimos el patrón, nos obsesionamos por que alguien que hoy los representa, nos apruebe. Sobre todo si alguna vez nos sentimos abandonados por estas figuras parentales.

Alice Miller, en "El Drama del Niño Dotado" dice acerca del la búsqueda de afecto por parte del infante:

"Un recuién nacido depende de sus padres denga lo que viniere. Y como su existencia  depende de que consiga o no el afecto de éstos, hará todo lo posible por no perderlo. Desde el primer día pondrá en juego todas sus posibilidades, como una planta pequeña que se vuelve hacia el sol para sobrevivir".

Por eso, cuando a pesar de muchos esfuerzos por voltear hacia la aprobación del padre, está se percibió no lograda, el adulto ira en pos de aprobación constante de figuras que se le parezcan al progenitor. Esto queda grabado en el inconsciente y tiene que traerse a la conciencia para entender el por qué de los afanes compulsivos para obtener la atención del otro.