Cuando te involucras en un proceso psicoterapéutico, es
evidente el deseo de cambiar.
Quieres cambiar tu forma de actuar, de pensar y de sentir.
Por ello vas a un consultorio psicoterapéutico o a una actividad similar.
Sometes a tu psique al cambio.
Por ejemplo, si quieres cambiar tu estilo de vida porque te
ha causado problemas o que te sientes demasiado a disgusto con ella, ésta se
debe dejar de hacer de manera persistente, sin que te provoque angustia que en
ello puedas fallar.
Una buena intención de cambio no parte de una ruda
autocrítica, parte de la Buena Voluntad. Lo que estás buscando es un “Cambio de
Vida” permanente, con “Aceptación”. Pero esto parte, en primer lugar de que
hemos admitido la impotencia ante nuestra forma de vida.
El cambio psíquico se refleja en un cambio en el estilo de
vida y esto incluye conductas, relaciones, condición de salud, espiritualidad,
sabiduría e incluso riqueza material. Quieres el cambio porque deseas
bienestar.
Pero debes tener contigo un compromiso para el cambio,
incluso antes de que pidas ayuda. En tu fuero interno, ante tantos fracasos,
sabes que deberías cambiar. Pero, ¿Quién podrá ayudarte? Surgen muchos “terapeutas”,
pero no todos tienen ni las calificaciones ni la experiencia para ayudarte.
Incluso tampoco los calificados expertos pueden ayudarte si no se establece una
buena relación de cooperación. Ambos tienen que poner algo de su parte.
Entradas
