viernes, 27 de enero de 2012

Reconocer

El amor puede surgir de la catarsis de la agresividad. Cuando sale lo malo, es más fácil preservar lo bueno.

Por eso, es importante tener espacios para la catarsis, para "confesar" la envidia, los deseos de matar y de venganza, el enojo contra el otro. No se trata de proyectar nuestros núcleos malignos y agresivos, sino de reconocer nuestros deseos de dañar a quienes envidiamos o a quienes nos parecen un obstáculo para nuestros deseos egoístas.

La proyección neurótica, poner en el otro lo que no queremos ser, es una herramienta ineficaz para abatir la angustia, inhibe el crecimiento emocional y perjudica nuestras relaciones con los demás.